Hace un tiempo, os contamos en este post algunos trucos para dormir mejor. Si conseguimos que nuestro cuerpo descanse, el día siguiente nos será muchísimo más productivo y no estaremos “dormidos” media mañana.
Aquí te damos algunos consejos para levantarte con energía y… ¡Salir de casa a comerte el mundo!
- Lo primero que debes hacer, es diseñar tu propia rutina matinal. No hay una fórmula secreta establecida, sino que cada persona tiene unos horarios, unas obligaciones y debe adaptarse.
La mayoría de gente va con el tiempo justo por las mañanas y al final produce estrés sin ni siquiera haber empezado el día.
Por eso, planificar con antelación la rutina de las mañanas hace que puedas hacer muchas más cosas.
- Buscar una motivación también ayuda mucho a madrugar con ánimos. Por ejemplo, muchas personas empezaron a hacer ejercicio en casa durante la cuarentena, y al reincorporarse al puesto de trabajo, dejaron de hacerlo. Una motivación extra podría ser el levantarse más temprano para hacer ejercicio antes salir al trabajo.
Otro ejemplo podría hacer las tareas domésticas por las tardes genera pereza, porque preferimos pasarlas con nuestros seres queridos. La motivación para levantarnos activos y con ánimos es acabar cuanto antes con la dichosa lavadora.
- Pero cuidado, que, para levantarse pronto, hay que acostarse pronto. Nuestro cuerpo necesita entre 6 y 8 horas (según cada persona) de descanso diario, y si somos de los que nos gusta quedarnos hasta tarde porque queremos acabar de ver la película o hemos caído en la tentación de ponernos un capítulo más, tendremos complicado cumplir con esto.
- El desayuno es fundamental. Está considerada como la comida más importante del día debido a que los alimentos que se ingieren son los primeros después de un largo periodo de ayuno (derivado de las horas en las que se está dormido). Este, además, precede las horas del día en las que se lleva mayor actividad y por lo tanto, mayor gasto de energía. Un desayuno óptimo debe incluir:
- Pan y cereales de preferencia integrales que le brinden al cuerpo fibra y carbohidratos que aportan energía, vitaminas y minerales.
- Lácteos bajos en grasa que aportan proteínas, calcio y vitaminas.
- Frutas que proporcionan agua, vitaminas, minerales y fibra.
- Por último, ¿Quién no necesita un buen café por la mañana? Muchos son los estudios que se han hecho para demostrar los beneficios que tiene, y aquí te los resumimos:
- Contiene nutrientes esenciales. Lo primero de todo, una taza contiene vitaminas B2 y B5, magnesio, potasio y niacina. Y, además, es la mayor fuente de antioxidantes, más que la fruta o los vegetales.
- Mejora aspectos de la función cerebral. La cafeína es el psicoactivo más consumido del mundo y el activo más importante de esta bebida.
Nada más consumirlo actúa en el cerebro, aumentando sustancias como la dopamina que acelera la actividad cerebral. Esto, por ejemplo, favorece la concentración, la memoria, el ánimo, los niveles de energía, los tiempos de reacción o la función cognitiva en general.
- Ayuda a quemar grasas. La cafeína está presente en la mayoría de los suplementos alimenticios que ayudan a adelgazar. Es una de las pocas sustancias naturales que favorece la quema de grasas. ¡Ojo! El consumo excesivo reduce este efecto.
- Mejora el rendimiento físico. Otra de las ventajas de la cafeína es que aumenta los niveles de adrenalina. Lo que se traduce en que las células grasas descomponen la grasa corporal y la liberan como ácidos grasos libres, lo que usamos como combustible cuando hacemos ejercicio.
Este es uno de los principales motivos que explica por qué los deportistas toman café antes de competir.
Previene enfermedades. Otro de sus principales beneficios es que repercute directamente sobre la prevención de enfermedades y patologías. El café reduce el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes, depresión infartos e incluso ciertos tipos de cáncer.